Llevo más de 30 años trabajando en mi propia empresa, viendo nacer, reconstruirse, adaptarse, aumentar capacidades, y rediseñarse muchas máquinas, con las que hemos tenido oportunidad de interactuar y que a su vez han ido dejando huella en
mi espíritu creativo, haciendo volar mi imaginación, que de la mano de mis conocimientos técnicos mecánicos, han estado golpeando siempre una puerta interior por poner a prueba mi ingenio.
Llevo ya muchos diseños propios puestos en marcha y que actualmente están funcionando en varias industrias del país, alimenticias, químicas, ornamentales, transportadoras, estructurales, y siempre he tenido una fijación por construir,
algún tipo de vehículo juguete, divertido, emocionante, que pudiera ejecutarlo para compartir con los más jóvenes de mi familia.
Es así que en Junio 2015, inició la aventura. Mentalicé primeramente un aparato de 4 ruedas mecánico. Al iniciar sus bosquejos, se interpusieron en el camino muchas reflexiones. Problemas de espacio, para almacenarlos en casa, para
transportarlos, tamaño, peso, y todo eso dejó de lado lo que habría sido el vehículo pretendido.
Nuevos elementos surgen para definir el diseño que debía ser el que aplique a mi vehículo. Pequeño, liviano, retráctil, diferente, que sea un posible medio de transporte para solucionar el tráfico, que brinde muchas emociones al
rodarlo, que tenga un efecto impactante en el público por la posibilidad de producirlo masivamente, que se pueda incorporar a la nueva moda y auge que ha tomado la bicicleta y se torne en compañera de la misma.
Con esos criterios los primeros bosquejos fluyen y nace la primera TRIWAY. Un vehículo prototipo fabricado en acero de mueble, utilizando piezas y partes de bicicletas usadas. Con tracción delantera, algo inusual para vehículos de
este género.